por Dr. Rueda | Abr 18, 2019 | Nutrición
¿Qué es la anemia?
La anemia es una condición marcada por una deficiencia de glóbulos rojos o de hemoglobina en la sangre. La hemoglobina es una proteína rica en hierro que se encuentra en el interior del glóbulo rojo. Y que permite a las células llevar el oxígeno de los pulmones al resto del cuerpo y eliminar el dióxido de carbono al exterior.
Si padeces de anemia, tu cuerpo no recibe suficiente oxígeno a través de la sangre, contribuyendo a un estado de cansancio y debilidad general.
La anemia está estrechamente relacionada con la deficiencia de hierro. El cuerpo necesita hierro para realizar muchas funciones a lo largo de cada día. Pero es común que muchas personas vivan con niveles bajos de hierro debido a factores como la pérdida de sangre (como la menstruación), una dieta deficiente o la incapacidad de absorber suficiente hierro de fuentes alimenticias.

Síntomas de la anemia común
Sin suficientes glóbulos rojos que transporten oxígeno en el cuerpo, es imposible recibir cantidades adecuadas de oxígeno en el cerebro, tejidos y músculos. Sentirse cansado es lo más común. Y a largo plazo puede conducir a estados de estrés, empeorar la calidad del sueño y la eficacia en la lucha contra organismos patógenos. Por lo tanto, para saber si necesitamos hacer una análisis de sangre, es importante entender primero cómo se manifiestan los síntomas de la anemia y qué los hace diferentes a simplemente sentirse exhausto debido a otras circunstancias de la vida.
A continuación, se enumeran algunos de los síntomas más comunes:
- Cansancio
- Debilidad
- Piel pálida
- Un latido cardíaco rápido o irregular
- Dificultad para respirar al realizar pequeños esfuerzos
- Dolores en el pecho
- Mareos o pérdida de estabilidad
- Problemas cognitivos, incluyendo dificultad para concentrarse y trabajar
- Manos y pies fríos u otros signos de cambios en la temperatura corporal
- Dolores de cabeza
También se debe tener en cuenta que, inicialmente, la anemia puede ser tan leve que a menudo pasa desapercibida durante un período de tiempo, a veces incluso durante años. Pero los síntomas de la anemia suelen empeorar a medida que la afección progresa, especialmente si más de un factor de riesgo está contribuyendo al problema.
Factores de riesgo y causas de la anemia
Hay tres razones principales por las cuales se suele desarrollar la anemia:
- No estás produciendo suficientes glóbulos rojos.
- Has estado perdiendo demasiada sangre debido a lesiones, menstruación u otras circunstancias que causan sangrado.
- Tu cuerpo está destruyendo los glóbulos rojos debido a cambios en el sistema inmunológico.
Los factores de riesgo y las condiciones relacionadas con la anemia incluyen:
Deficiencia de hierro o vitamina B12: Esto puede suceder al no comer lo suficiente en general, y es común en dietas restrictivas. Por ejemplo, en las dietas vegetarianas estrictas sin suplementación, ya que los productos animales como la carne roja son una fuente importante de hierro y vitaminas del tipo B. Nuestro cuerpo necesita hierro, vitamina 12 y folato entre otros nutrientes para producir cantidades saludables de hemoglobina y glóbulos rojos.
Ser mujer: Ya que las mujeres al tener el período pueden desarrollar anemia con más frecuencia que los hombres.
Anemia perniciosa: En este caso se puede ingerir suficiente vitamina B12 pero no se absorbe de manera correcta. Debido a esto, no se puede producir suficiente hemoglobina.
Edad avanzada: Las personas mayores de 65 años son más propensas a desarrollar anemia.
Embarazo: Es otro escenario muy común en el cual se puede aumentar el riesgo de anemia.
Problemas digestivos: Tales como una enfermedad intestinal inflamatoria, la enfermedad de Crohn u otras enfermedades ulcerosas. Las cuales ocasionan una mala absorción de nutrientes.

Algunas veces, la anemia se hereda genéticamente y, por lo tanto, es menos probable que se deba a factores del estilo de vida o a la dieta. Y últimamente también las alergias e intolerancias alimentarias.
Cómo afecta su dieta a la anemia
Aparte de tomar suficiente hierro y vitaminas del complejo B, ¿qué podemos hacer para terminar con la anemia? En primer lugar, eliminar la comida procesada y con calorías vacías de la dieta tanto como sea posible. Muchos veces no nos damos cuenta y terminamos basando nuestra dieta en este tipo de alimentos. Esto puede contribuir a las deficiencias de nutrientes esenciales, la fatiga, el aumento de peso, la debilidad y también a problemas digestivos.
Algunos alimentos que pueden interferir con la absorción de hierro son:
- Café y té negro. El consumo excesivo de café puede bloquear la absorción de hierro, por lo que en esos casos debe reducirse a no más de una taza por día.
- Azúcar y edulcorantes añadidos
- Cereales procesados
- Chocolate negro.
- Lácteos convencionales. El calcio se une al hierro en los alimentos y puede llevar a una mala absorción.
- Refrescos con gas. Son altos en azúcar y pobres en nutrientes y bloquean la absorción de hierro.
Formas de combatir los síntomas de la anemia
Algunas formas efectivas para tratar los estados de anemia son:
1. Consumir alimentos ricos en hierro
Podemos encontrar hierro en los alimentos en forma hemo (la forma más absorbible), principalmente en alimentos de origen animal. Entre estas encontramos alimentos cárnicos, como el hígado y la ternera. Y también en marisco, especialmente en berberechos y mejillones.
Mientras que las fuentes de hierro no hemo incluyen frutos secos, semillas y legumbres.
2. Empezar a tomar un suplemento de hierro
En casos en los que la carencia de hierro es muy grande y/o la aparición de los síntomas sea evidente, es posible que sea conveniente la toma de un suplemento de hierro. En este caso deberemos consultar con nuestro médico, para que él nos aconseje lo adecuado, en función de los resultados obtenidos en la analítica de sangre.
3. Tomar probióticos para recuperar el balance intestinal
El siguiente paso para mejorar naturalmente los síntomas de la anemia es mejorar la salud intestinal con probióticos. La salud de nuestro sistema digestivo es crucial para la absorción de nutrientes. La famosa frase: ”Eres lo que comes”, se debería entender más bien de la siguiente forma: «Eres lo que digieres.» Y esto tiene todo el sentido, ya que podremos recibir los nutrientes de los alimentos que podamos digerir apropiadamente.
En ocasiones y cuando nos damos cuenta que el suplemento de hierro que estamos tomando no funciona. El problema puede estar en una ineficiencia en la absorción por parte de nuestro cuerpo. Para ello, puedes probar aumentando la ingesta de probióticos naturales. Esto lo podrás encontrar en alimentos fermentados como el kéfir, yogur, la col fermentada (sauerkraut) o simplemente tomar un suplemento probiótico.
4. Reducir el estrés
Si estás constantemente sometido a mucho estrés, además de estados de ansiedad por culpa del trabajo o los estudios. Intentan encontrar tiempo para
relajarte además de hacer actividades sanas que te gusten, como salir a pasear o quedar con amigos. También, es importante recibir las horas de sueño necesarias para estar bien descansados. Esto que parece algo básico, son cosas que realmente contribuyen al buen funcionamiento del sistema inmune y a la larga son muy beneficiosas.
La importancia de la dieta para reducir la anemia

En la mayoría de los casos es muy fácil prevenir la anemia consumiendo una dieta saludable y equilibrada. Al principio del artículo te daba algunas ideas sobre que tipos de alimentos pueden aportar hierro, así como lo que debes evitar si tienes anemia. A continuación te cuento cuales son los mejores alimentos para incluir en tu dieta y conseguir superar la anemia para siempre:
- Hígado: El hígado de ternera es muy rico en hierro y vitamina B12 y gran variedad de otros minerales importantes. Si no te gusta el sabor del hígado, trata de incluir carne de ternera en su lugar.
- Levadura de cerveza: Contiene un alto contenido de ácido fólico, vitamina 12 y hierro. Puedes agregarla a ensaladas o jumos.
- Alimentos ricos en vitamina C: La vitamina C contribuye a la absorción del hierro. Recuerda acompañar los alimentos ricos en hierro con una fuente de vitamina C en la misma comida. Algunos ejemplos (a parte del zumo de naranja) son: el brócoli, tomates, pimientos o fresas.
- Verduras de hoja verde: Estas proporcionan una cantidad significativa de hierro y ácido fólico. Entre estas encontramos: espinacas, acelgas, col rizada, brócoli… Para mayor absorción y facilidad de consumo puedes cocinarlas al vapor o salteados.
Precauciones con respecto a los síntomas y tratamientos de la anemia
Aunque normalmente la anemia es fácil de tratar por uno mismo haciendo cambios en la dieta y estilo de vida. Siempre es buena idea hablar con tu médico si piensas que tienes anemia. Si experimentas síntomas como: cansancio, dificultad para concentrarse, falta de aliento al realizar esfuerzos, palpitaciones… Lo mejor es que acudas a la consulta de tu médico para un diagnóstico preciso de las causas de estos síntomas. Evita hacer un autodiagnostico y empezar a tomar suplementos por tu cuenta. Ya que, la causa de estas dolencias puede ser otra en su lugar.
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por Dr. Rueda | Abr 15, 2019 | Nutrición
La vitamina D es una vitamina liposoluble que desempeña un papel vital en múltiples funciones en nuestro cuerpo. Se distingue de otras vitaminas porque es posible obtener lo que se necesita a través de la exposición al sol. También es única en el sentido de que actúa como una hormona esteroide en lugar de como una vitamina en el cuerpo y está involucrado en procesos, como el control de peso y la salud ósea.
Al consumir vitamina D, existen dos fases para transformarla en su forma activa. Primero, se convierte en su forma de almacenamiento (calcidiol) en el hígado. Para luego pasar a su forma activa en los riñones. A partir de ahí, trabaja comunicándose con las células para controlar una multitud de funciones en el cuerpo, desde alterar la absorción de calcio hasta estimular la salud inmunológica.
Por lo general, se recomienda tomar el sol al menos 5-30 minutos dos veces a la semana, para ayudar a satisfacer las necesidades de vitamina D. Aunque esto puede variar según una serie de factores, incluyendo la edad, el color de la piel y el peso corporal. Desafortunadamente, las deficiencias de vitamina D afectan a millones de personas en todo el mundo y pueden tener graves consecuencias. Hay muy pocos alimentos con vitamina D disponibles, lo cual puede hacer que sea increíblemente difícil obtener la dosis necesaria mediante una alimentación planificada.
Si no puede pasar tiempo al aire libre para exponerte al sol, ya sea si vives en un lugar con un clima más frío y si tu trabajo no te lo permite, existen muchas opciones para asegurarte de que estás recibiendo la vitamina D necesaria. Al incorporar regularmente alimentos ricos en vitamina D en la dieta, es posible obtener lo que se necesita, incluso sin tener que salir al exterior.

¿Qué alimentos contienen vitamina D y qué cantidades necesitamos comer?
En la comida, la vitamina D está disponible en dos formas diferentes. La vitamina D3 (colecalciferol) se puede encontrar en alimentos de origen animal como el pescado, mientras que la vitamina D2 (ergocalciferol) se encuentra en otras fuentes como los hongos. La vitamina D3 es la forma más usada en suplementos y multivitaminas porque se ha encontrado que es más efectiva para aumentar los niveles séricos de vitamina D.
Aumentar el consumo de alimentos con vitamina D es una de las mejores maneras de prevenir una deficiencia y promover la salud en general. Los niños menores de 12 meses necesitan al menos 400 UI al día y las personas de 1 a 70 años de edad necesitan 600 UI al día. Los adultos mayores requieren aún más vitamina D y deben tratar de obtener al menos 800 UI de vitamina D cada día.
Estas son algunas de las fuentes principales:
- Luz solar – 5-30 minutos de exposición al sol al menos dos veces por semana (más del 100% VDR)
- Aceite de hígado de bacalao – 1 cucharada: 1,360 IU (más del 100% VDR)
- Salmón salvaje – 85 gramos: 447 IU (más del 100% VDR)
- Caballa – 85 gramos: 306 IU (76% VDR)
- Atún – 85 gramos: 154 IU (39% VDR)
- Leche enriquecida – 1 taza: 124 IU (31% VDR)
- Sardinas – 2 sardinas: 47 IU (12% VDR)
- Hígado de ternera – 85 gramos: 42 IU (11% VDR)
- Huevos – 1 huevo: 41 IU (10% VDR)
- Cereal enriquecido – 1 taza: 40 IU (10% VDR)
- Caviar – 1 cucharada: 37 UI (9% VDR)
- Setas – 1 taza: 2 IU (1% VDR)
Beneficios de los Alimentos con Vitamina D
1. Puede ayudar en el control de peso
Si tienes problemas para perder peso a pesar de estar siguiendo una dieta estricta acompañada de una rutina ejercicios. Es posible que puedas beneficiarte de la ingesta de más alimentos ricos en vitamina D. Y así asegurarte de que estás satisfaciendo las necesidades diarias. Algunos estudios sugieren que puede haber una conexión entre la obesidad y la deficiencia de vitamina D, situando a esta vitamina como una pieza clave para la pérdida de peso.
Sin embargo, aún no está claro si la obesidad puede aumentar el riesgo de deficiencia de vitamina D o si la obesidad puede contribuir al bajo nivel de vitamina D. Todavía se necesita más investigación para entender el papel complejo que la vitamina D puede jugar en el control del peso.
2. Aumenta la salud cerebral
Algunos estudios han demostrado que la vitamina D puede ser igualmente importante cuando se trata de la salud cerebral. Asociando una deficiencia de vitamina D a un mayor riesgo de desarrollar afecciones como la depresión, la ansiedad, los cambios emocionales y el insomnio.
También se ha relacionado la deficiencia en vitamina D con un peor desempeño en las tareas cotidianas, dificultades para concentrarse y una toma de decisiones deficiente.
3. Puede ayudar a prevenir la aparición de cáncer
No es ningún secreto que lo que comemos puede tener una importante influencia en el riesgo de padecer enfermedades crónicas como el cáncer. Pero ¿sabías que los niveles de vitamina D también pueden ser decisivos? Aunque la investigación todavía es limitada, algunos estudios han encontrado que la deficiencia de vitamina D puede estar relacionada con un riesgo más alto de ciertos tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de próstata, de mama y de colon.
Además, la adecuada exposición al sol y los niveles correctos de vitamina D en sangre, contribuyen al buen funcionamiento del sistema inmune.
4. Fortalece los huesos
Uno de los síntomas de una deficiencia severa de vitamina D es el raquitismo, una patología que afecta a los niños y que se caracteriza por anomalías óseas y una menor densidad mineral.
Aunque el raquitismo es muy raro en estos días, otros trastornos relacionados con los huesos, como la osteoporosis, siguen siendo muy comunes. La deficiencia de vitamina D no sólo se ha relacionado con un mayor riesgo de osteoporosis, sino que también tiene relación con la disminución de la densidad mineral ósea y un mayor riesgo de fracturas en adultos.
La exposición regular al sol y el consumo de una variedad de alimentos con vitamina D en la dieta es una de las mejores maneras de mantener los huesos sanos y fuertes para reducir el riesgo de estas afecciones. Además debemos obtener las cantidades adecuadas de calcio, fósforo, potasio y magnesio mediante una nutrición equilibrada.
5. Mejora la función inmune
La mayoría de las personas no relacionan niveles bajos de vitamina D con los resfriados y simplemente lo achacan a algo normal en la temporada de invierno. Pero es una realidad que la falta de vitamina D puede desencadenar problemas inmunológicos e infecciones. La vitamina D juega un papel en la reproducción celular y se cree que ayuda a proteger contra el desarrollo de condiciones autoinmunes e infecciones como el resfriado.
Síntomas de la deficiencia de vitamina D

La vitamina D tiene un papel vital en casi todos los aspectos de la salud, por lo que es muy importante exponerse regularmente al sol o incluir muchos alimentos con vitamina D en la dieta. La deficiencia de vitamina D se ha relacionado con una serie de problemas de salud crónicos, como la osteoporosis, la cardiopatía coronaria, la diabetes, los trastornos autoinmunitarios e incluso el cáncer.
Algunos de los síntomas más comunes de una deficiencia incluyen:
- Debilidad
- Cansancio crónico
- Problemas para dormir
- Ansiedad
- Huesos débiles
- Sistema inmunológico debilitado
- Inflamación
Si experimentas cualquiera de los síntomas mencionados anteriormente o tienes alguna otra preocupación acerca de una posible deficiencia. Te aconsejo ponerte en contacto con tu médico y ver si es necesario analizar los niveles de vitamina D.
Cómo obtener más vitamina D en la dieta
Aunque la exposición regular al sol es la mejor opción para prevenir la deficiencia de vitamina D. También se puede aumentar el consumo de alimentos ricos en vitamina D para mantener un estado óptimo de salud. Se recomienda consumir una o dos porciones de alimentos con vitamina D al día. Además de incluir pescado para obtener una amplia gama de micronutrientes importantes además de la vitamina D.
Otros alimentos ricos en vitamina D son: el hígado y los huevos. Así como algunos productos enriquecidos como: cereales, zumos y productos lácteos.
En casos en los que la carencia es muy grande, se puede optar por tomar un suplemento. Si tienes una deficiencia, debes hablar con tu médico para saber si la toma de suplementos es necesaria o si por el contrario, puedes satisfacer las necesidades a través de alimentos solamente.
Precauciones
Aunque incluir muchos alimentos ricos en vitamina D en la dieta puede disminuir el riesgo de deficiencia, es mejor combinar estos alimentos con la exposición regular al sol, siempre que sea posible. En algunos casos, la toma de un suplemento también puede ser necesaria para asegurar que se están cubriendo los requerimientos mínimos.
Debido a que la vitamina D es una vitamina liposoluble, debe consumirse junto con grasas saludables para maximizar la absorción. Aceite de oliva, aguacates, frutos secos, son entre otros excelentes opciones asegurar la biodisponibilidad de la vitamina D.
Además, se debe tener en cuenta que la toxicidad de la vitamina D es posible. Este escenario es causado por una excesiva ingesta de suplementos. Las dosis altas pueden causar síntomas como vómitos, debilidad, náuseas y micción frecuente. Si vas a tomar suplementos de vitamina D, asegúrate de tomar la dosis recomendada para evitar los efectos secundarios adversos.
Fuentes y Referencias
por Dr. Rueda | Mar 4, 2019 | Nutrición
Los omega-3 son ácidos grasos esenciales que el cuerpo no es capaz de producir por sí mismo. Por lo tanto, debemos incluir alimentos con omega-3 en nuestra dieta para ser capaces de obtener estos beneficiosos compuestos.
Existen tres tipos diferentes de omega-3: ácido alfa-linolénico (ALA), ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido eicosapentaenoico (EPA). Las fuentes preferidas son DHA y EPA, los tipos que se encuentran en fuentes de marisco y pescados cómo el salmón y las sardinas. El ALA, por otro lado, se encuentra en algunos alimentos vegetales, incluyendo ciertas nueces y semillas, así como en cortes de carne de alta calidad como la carne de vacuno alimentada con pasto.
Para llevar una alimentación equilibrada y obtener el máximo beneficio de los omega-3 debemos combinar este tipo de alimentos en nuestras comidas cada día. Llegando a superar los 1,000 miligramos/día de EPA/DHA y alrededor de 4,000 miligramos del total de omega-3 (ALA/EPA/DHA combinados).
¿Se absorben igual los omega-3 de origen animal o vegetal?
El cuerpo humano es capaz de convertir el ALA en DHA y EPA hasta cierto punto, pero esto no es tan eficiente como obtener DHA y EPA directamente de las fuentes de alimentos que lo proporcionan. Es una de las razones por las que se recomienda consumir pescado varias veces por semana, ya que muchos tipos de mariscos son naturalmente ricos en DHA y EPA.
Aunque la EPA y el DHA son las fuentes preferidas de omega-3, todos los tipos son beneficiosos y se recomienda tomar también nueces y semillas como la chía o el lino. Pero nunca olvidar que es necesario complementar las fuentes vegetarianas con pescado, ya que no está totalmente claro qué el ALA se convierta en EPA y DHA.
Se ha demostrado que las poblaciones que consumen gran cantidad de alimentos con omega-3 viven más tiempo y con una vida más saludable que las personas que consumen una dieta estándar baja en omega-3. Un ejemplo de esto es la dieta mediterránea, la cual es alta en grasa general. Y a pesar de que un alto consumo de grasas podría ocasionar riesgos cardiovasculares, la población que sigue una dieta mediterránea tiene una incidencia mucho más baja de enfermedad cardiaca, tal vez debido a la incorporación de alimentos omega-3 de manera regular.
Alimentos Omega-3: Naturales o Fortificados

Al hacer la compra en el supermercado, probablemente te des cuenta de que muchos alimentos hacen referencia a su alto contenido en omega-3 en el etiquetado. Aunque los omega-3 se añaden ahora artificialmente a múltiples tipos de alimentos procesados (mantequillas, leche, cereales y algunos suplementos de proteína, entre otros), lo ideal es obtenerlos de fuentes de alimentos en su estado natural, especialmente marisco o pescado salvaje.
Si no puedes consumir tanto pescado para cubrir las necesidades diarias existen algunos alimentos fortificados con omega-3 como: productos lácteos pasteurizados, zumos, huevos, margarina, leche de soja, yogur, pan, harinas y muchos tipos de alimentos para bebés (ya que las investigaciones sugieren que los omega-3 ayudan al correcto desarrollo del cerebro del bebé).
Las fuentes de EPA y DHA en los alimentos fortificados generalmente provienen de microalgas. Naturalmente, añaden un aroma a pescado a los alimentos, por lo que estos alimentos procesados deben someterse a extensas preparaciones químicas de purificación para enmascarar el sabor y el olor. Esto probablemente reduce o cambia el contenido de los ácidos grasos y antioxidantes dentro de los alimentos, haciéndolos inferiores a las fuentes de alimentos sin procesar.
Además, los omega-3 se añaden ahora a la alimentación animal para incorporar niveles más altos en los productos lácteos, cárnicos y avícolas de consumo. Dado que los fabricantes de alimentos son conscientes de que el conocimiento sobre los beneficios de los omega-3 está en aumento, es probable que sigamos viendo cada vez más alimentos procesados con omega-3 en los próximos años.
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Los Beneficios de los Alimentos Naturales ricos en Omega-3
Muchos estudios muestran que los ácidos grasos omega-3 ayudan a mantener:
- Salud cardiovascular (al reducir la presión arterial, el colesterol, la acumulación de placa en las arterias y la posibilidad de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular)
- Estabilizar los niveles de azúcar en la sangre (prevenir la diabetes)
- Reducir el dolor muscular, óseo y articular al disminuir la inflamación
- Ayudar a equilibrar los niveles de colesterol
- Mejorar el estado de ánimo y prevenir la depresión
- Agudizar la mente y ayudar con la concentración y el aprendizaje
- Aumentar la inmunidad
- Tratar trastornos digestivos como la colitis ulcerosa
- Reducir el riesgo de cáncer y ayudar a prevenir la recurrencia del cáncer
- Mejorar la salud de la piel
Actualmente, no existe una recomendación estándar establecida sobre la cantidad de omega-3 que necesitamos al día. Por lo que se sugiere una cantidad de entre 500 a 1,000 miligramos diarios.
¿Cómo puedes obtener la cantidad diaria recomendada? Para que te hagas una idea, hay más de 500 miligramos de omega-3 en una lata de atún o en una pequeña porción de salmón.
¿Cuáles son los mejores alimentos con omega-3?
A continuación te doy una lista con los 12 alimentos ricos en omega-3 que no pueden faltar en tu dieta:
- Caballa del Atlántico
- Aceites de pescado (ej. salmón o hígado de bacalao)
- Nueces
- Semillas de Chia
- Salmón de Alaska (capturado en estado salvaje)
- Semillas de lino (molidas)
- Atún blanco
- Pescado blanco
- Sardinas
- Semillas de cáñamo
- Anchoas
- Yemas de huevo

Por el contrario, ¿qué otros alimentos no son tan recomendables? (a pesar de estar recomendados como ricos en omega-3):
Carne convencional (no orgánica o no alimentada con pasto), pescado de acuicultura (especialmente el salmón), productos lácteos convencionales y pasteurizados, y suplementos de aceite de krill (que están hechos de krill, mariscos que se alimentan en el fondo y que generalmente están contaminados) con altas concentraciones de flúor.
Ten siempre en cuenta que el pescado criado en granjas es inferior en calidad y valor nutricional al pescado capturado en la naturaleza. El pescado de piscifactoría suele contener altas concentraciones de antibióticos, pesticidas y niveles más bajos de nutrientes saludables como la vitamina D.
Otras Fuentes Naturales de Omega-3:
- Nueces y semillas con omega-3: Además de las nueces, la chía y las semillas de lino, las nueces de macadamia, las nueces de Brasil, los anacardos, las semillas de cáñamo y las avellanas tienen omega-3 en forma de ALA (aunque las nueces, las semillas de lino y chía son definitivamente las mejores fuentes).
- Verduras: Muchas verduras, especialmente las de hoja verde, son buenas fuentes de ALA. Estos alimentos deben aparecer regularmente en su dieta, teniendo en cuenta la cantidad de fibra y otros nutrientes que también contienen. Algunas de las verduras más ricas en omega-3 son las coles de Bruselas, la col rizada, las espinacas y los berros.
- Aceites: Muchos aceites contienen omega-3, generalmente en forma de ALA. Estos incluyen el aceite de mostaza, el aceite de nuez y el aceite de cáñamo.
¿Hay peligros potenciales o efectos secundarios por el consumo de alimentos omega-3?
Los omega-3 se consideran muy seguros y efectivos, incluso cuando se toman hasta 20 gramos a la vez, pero algunas personas experimentan efectos secundarios leves al tomar suplementos de aceite de pescado con omega-3. Algunos efectos secundarios que pueden ocurrir por el aceite de pescado omega-3 incluyen:
- Repetición del sabor a pescado en la boca, al realizar la digestión. (esta es definitivamente la queja más grande, pero no debería ocurrir si tomas un suplemento de alta calidad).
- Dolores estomacales o náuseas
- Dificultad para ir al baño de manera normal (diarrea)
- Posible sangrado excesivo si se toma más de tres gramos al día
- Reacciones alérgicas
- Cambios en los niveles de azúcar en la sangre (o complicaciones con medicamentos para la diabetes)
Aunque la mayoría de las personas no experimentarán ningún efecto secundario cuando consumen muchos alimentos con omega-3 y toman suplementos diariamente. Es importante que hables con tu médico acerca de los efectos secundarios que experimentes al tomar dosis más altas que la cantidad recomendada. Una cosa a tener en cuenta es que definitivamente no se debe tomar suplementos de omega-3 provenientes de aceite de pescado si se tiene una alergia a la mayoría de los pescados, ya que corremos el riesgo de sufrir una reacción grave.
Fuentes y Referencias:
por Dr. Rueda | Ene 31, 2019 | Dietas
La dieta juega un papel muy importante en nuestra salud y bienestar. Y es aún más importante en el caso de las mujeres embarazadas. Ya que, no solo es vital para la salud de la madre, sino que también es muy importante para el correcto desarrollo del bebé. Es fundamental que las futuras madres lleven una buena alimentación que les permita recibir las vitaminas y nutrientes necesarios para llevar un embarazo lo más sano posible.
Vitaminas y minerales esenciales durante el embarazo
Lo ideal sería comenzar a llevar una alimentación saludable con antelación a la planificación del embarazo. Y de la misma forma, mantener estos hábitos sanos durante los 9 meses y durante el período de lactancia. Ya que la dieta es fundamental para una correcta recuperación tras el embarazo e influye en la producción de leche materna. Ciertas vitaminas y minerales deben consumirse en cantidades mayores y con mayor frecuencia que otras. Se ha demostrado que un incremento en la ingesta de ácido fólico es muy importante para que el bebé se desarrolle correctamente. También son importantes los alimentos ricos en omega 3 y una ingesta adecuada de calcio.

Los ácidos grasos omega 3 mejoran en gran medida el desarrollo del cerebro y los ojos del bebé mientras aún se encuentra en el útero de la madre. También es de vital importancia la ingesta adecuada de proteínas, esta cantidad suele verse incrementada en 15 gramos durante el embarazo. Para garantizar la correcta absorción de calcio se debe acompañar de vitamina D, la cual se puede obtener mediante una correcta exposición al sol. El ácido fólico puede ayudar a prevenir los defectos del tubo neural, debido a que muchas mujeres tienen dificultades para alcanzar el nivel recomendado de 400 microgramos de ácido fólico por día es posible que se requiera de suplementación.
Como podemos ver, muchos factores entran en juego a la hora llevar una alimentación equilibrada y cada persona tiene unos requerimientos distintos. Por ello, aconsejo ponerse en manos de un especialista para llevar una dieta correcta durante este delicado proceso que es el embarazo.
Nutrición durante el embarazo con diabetes gestacional
La diabetes mellitus gestacional es la hiperglucemia que se produce durante el embarazo y generalmente desaparece después del parto. La diabetes mellitus gestacional (DMG), es causada por la resistencia a la insulina, siendo esta la hormona del cuerpo que regula la glucosa en la sangre.
Si has sido diagnosticada con diabetes mellitus gestacional por tu médico, es importante comenzar el tratamiento lo antes posible para evitar consecuencias adversas para ti y para tu bebé. El objetivo del tratamiento de la diabetes gestacional es mantener la glucosa en la sangre en el nivel deseado y esto se logra mediante la implementación de un plan de dieta y cambios en el estilo de vida, incluida la actividad física y el tratamiento con insulina.
Los beneficios del tratamiento de la diabetes mellitus gestacional están bien documentados en estudios en varios países, donde la mayoría de las mujeres embarazadas han sido tratadas con un programa dietético y cambios en el estilo de vida. Por este motivo, tu médico debe remitirlo a un especialista en nutrición una vez que realice el diagnóstico de diabetes gestacional.
Durante el embarazo, se recomienda un aumento de peso de entre 11 a 15 kilos para las mujeres de peso normal; 11 a 13 kilos en mujeres con sobrepeso y 5 a 9 kilos para mujeres obesas. Si padeces de diabetes gestacional, es recomendable mantenerse por debajo de un aumento de 3 kilos siempre que sea posible.
¿Se recomienda realizar ejercicio físico durante el embarazo?
En cuanto a la actividad física, se recomienda una práctica moderada. La actividad física moderada incluye caminar a paso ligero, jardinería, tareas domésticas y participación activa en juegos y deportes con los niños. Esta actividad debe ser suficiente para acelerar significativamente la frecuencia cardíaca durante al menos 30 minutos por día, pero no se ha determinado la frecuencia, la intensidad y el tipo de ejercicio apropiados.
Algunos estudios sugieren que el ejercicio reduce las concentraciones de glucosa en ayunas y después de las comidas y puede reducir el número de mujeres con DMG que requieren tratamiento con insulina. El tratamiento de la DMG se dirige a mantener la glucosa en la sangre en niveles que minimicen el riesgo de resultados adversos durante el período alrededor del nacimiento, pero no existe evidencia de que los beneficios del tratamiento superen claramente los daños.
Los niveles de glucosa recomendados se establecen en los siguientes valores: glucosa en ayunas igual o inferior a 95 mg, una hora después de la ingesta de glucosa igual o inferior a 140 mg, y dos horas después de la ingesta de glucosa igual o inferior a 120 mg. Si el cuidado de la nutrición y el aumento de la actividad física no logran mantener un control adecuado de la glucosa, el tratamiento debe ser intensificado para incluir la terapia farmacológica por un profesional.
¿Es necesario tomar suplementos durante el embarazo?
Los suplementos no son ideales, pero vale la pena considerarlos si las circunstancias son tales que los beneficios de tomar un suplemento superan los riesgos. Si bien en condiciones normales se puede obtener fácilmente suficiente hierro, calcio, ácidos grasos omega-3, vitaminas B, vitamina D y zinc. Pero si seguimos dietas restrictivas, en las que se excluyan ciertos tipos de alimentos, es posible que necesitemos contemplar la toma de ciertos suplementos.
En un estado de salud normal, nuestro cuerpo generalmente debería poder adaptarse a las diferentes condiciones de la dieta. Absorbiendo más de un nutriente particular cuando se necesite o eliminando ciertas vitaminas cuando se tomen en exceso. Si obtienes suficientes calorías para satisfacer tus necesidades energéticas y comes una variedad razonable de alimentos saludables, pero aún así, tu dieta por sí sola no es suficiente para mantener los nutrientes en niveles normales en tu cuerpo. Es probable que el culpable sea un problema más complejo que requiera de atención médica.
Por ejemplo, si sigues una dieta vegetariana y estás pensando en quedarte embarazada, es recomendable planificar con antelación una dieta adecuada. Los vegetarianos generalmente pueden obtener la nutrición que necesitan directamente de los alimentos. A excepción de la vitamina B12, para la cual requerirán de la toma de un suplemento ya que no puede encontrarse en cantidades suficientes en alimentos vegetales.
A pesar de esto, y dado que el embarazo es una situación especial que requiere de una mayor atención y control en nuestra alimentación. Recomiendo ponerse en manos de un profesional médico o nutricionista para seguir un plan alimenticio orientado a los requerimientos de cada persona.
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por Dr. Rueda | Ene 22, 2019 | Alergias e Intolerancias
¿Sabías que la enfermedad celíaca ahora es reconocida como una de las enfermedades crónicas más comunes en el mundo? Los síntomas son desencadenados por el gluten, que es una proteína que se encuentra en el trigo (incluido la espelta y el kamut), la cebada, el centeno y el triticale (un cruce entre el trigo y el centeno). Para aquellos con enfermedad celíaca, el sistema inmunológico del cuerpo responde al gluten de una manera diferente a aquellos que no tienen la enfermedad. El consumo de gluten produce inflamación y daños en el revestimiento del intestino delgado, lo que reduce la capacidad de absorción de hierro, calcio, vitaminas A, D, E, K y ácido fólico.
Hace unos años se conocía como una enfermedad rara que afectaba solo a niños, pero ahora se sabe que es más común y millones de personas la padecen en todo el mundo. La intolerancia al gluten es una enfermedad genética y aquellos con un familiar cercano con una alergia al gluten tienen un mayor riesgo de sufrirla. Para algunas personas, la enfermedad se encuentra latente hasta que es desencadenada por un evento que incrementa el estrés o simplemente aparece con el tiempo.
Identificar los síntomas de intolerancia al gluten puede evitar que uno tenga un diagnóstico incorrecto, ya que la intolerancia al gluten puede ser fácilmente malinterpretada como otra enfermedad en el sistema digestivo. Esto se debe principalmente a las similitudes en los síntomas que muestran estas enfermedades digestivas.

¿Cuáles son los síntomas de la intolerancia al gluten?
Los síntomas de una intolerancia al gluten son muy parecidos a los experimentados con otras alergias alimentarias, pero pueden variar ampliamente entre cada individuo. Los problemas digestivos son comunes con la enfermedad celíaca, especialmente en bebés y niños. Pueden incluir dolor y distensión abdominal, vómitos, estreñimiento, diarrea crónica o heces pálidas, grasas o con mal olor. La pérdida de peso es común en niños como resultado de estos síntomas. La intolerancia al gluten también puede conducir a defectos en el crecimiento y desarrollo.
Muchos síntomas pueden atribuirse a otras afecciones, por lo que es posible que no se diagnostiquen de inmediato. Los síntomas pueden incluir dolor en los huesos y articulaciones, artritis, anemia, fatiga, pérdida ósea u osteoporosis, convulsiones, hormigueo o entumecimiento en las extremidades, úlceras bucales y dermatitis.
Las mujeres también pueden experimentar problemas reproductivos como períodos menstruales irregulares o infertilidad. La intolerancia al gluten puede llevar a síntomas más graves. Debido a que la respuesta del cuerpo a una alergia al gluten es atacar las vellosidades del intestino delgado, el cuerpo tiene una capacidad reducida para absorber los nutrientes de los alimentos.
También pueden producirse enfermedades hepáticas o cánceres digestivos. Muchas personas con enfermedad celíaca tienen otras afecciones en las que el cuerpo se ataca a sí mismo. Estos pueden incluir diabetes tipo 1, enfermedad tiroidea autoinmune, enfermedad hepática autoinmune, artritis reumatoide, enfermedad de Addison o síndrome de Sjogren.
Los síntomas de estas afecciones pueden incluir micción frecuente, trastornos o problemas de la visión, tiempo de curación lento, pérdida o ganancia de peso, ictericia, rigidez articular, debilidad o fatiga muscular, irritabilidad o aumento de la aparición de infecciones. Muchas de estas afecciones tienen síntomas similares a la intolerancia al gluten, que pueden enmascarar la alergia subyacente al gluten.
¿Qué hacer si tienes alguno de estos síntomas?
Debido a la variedad de síntomas que acompañan a la enfermedad celíaca y la probabilidad de que también se presenten afecciones más graves, es recomendable que hables con tu médico si experimentas alguno de estos síntomas de forma regular. Llevar el control de los alimentos consumidos, por ejemplo anotándolos en un diario, puede ser útil para diagnosticar la afección si se puede relacionar el gluten con los síntomas. Ten en cuenta que el gluten, aunque generalmente se encuentra en determinados alimentos como el pan y la pasta, también es posible encontrarlo en otro tipo de alimentos que no esperaríamos, como algunos condimentos e incluso medicamentos. Para confirmar un diagnóstico de alergia al gluten, tu médico puede realizar análisis de sangre o solicitar una biopsia intestinal.
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Existen diferentes grados de intolerancia al gluten
Por estas razones, el diagnóstico temprano y una dieta estricta sin gluten es extremadamente importante. A veces, las personas con celiaquía pueden consumir pequeñas cantidades de gluten sin ningún síntoma, pero aún pueden producirse daños en el tracto intestinal que pueden tener consecuencias negativas para la salud.
Para aquellos con enfermedad celíaca, los retrasos en el diagnóstico y no seguir una dieta estricta sin gluten puede ocasionar una mala salud crónica, anemia (cuando la cantidad de glóbulos rojos sanos en el cuerpo es demasiado baja), un mayor riesgo de infertilidad en ambos hombres y mujeres, osteoporosis y ciertos cánceres del tracto gastrointestinal.
¿Qué alternativas existen para una dieta sin gluten?

Hace unos años era realmente difícil encontrar productos sin gluten en el supermercado. Ya que la enfermedad aún no era tan conocía no existía una amplia selección de productos alternativos. Pero gracias a que los tiempos han cambiado, han surgido muchas opciones y es muy fácil encontrar estos productos en casi cualquier supermercado. Si padeces de intolerancia o sensibilidad al gluten, no tendrás problema en encontrar una alternativa. Simplemente busca en tu supermercado ya que probablemente tengan una selección de productos sin gluten.
Entre los alimentos sin gluten más populares encontramos:
- Pastas elaboradas con harina de legumbres en lugar de harina de trigo. Aunque su precio es un poco más elevado, en algunas ocasiones merece la pena su consumo. Son una buena alternativa a la pasta convencional y además permiten incrementar nuestro consumo de proteína en la dieta.
- Pan elaborado con harina de maíz como alternativa al pan convencional. Una buena opción si aún no estás listo para sacrificar el pan por completo o estás en un proceso de transición para eliminarlo de tu dieta.
- Cereales sin gluten como la quinoa, el amaranto, arroz, trigo sarraceno. Atención con la avena que a pesar de ser un cereal libre de gluten por naturaleza, es común que contenga trazas del mismo debido a los procesos de fabricación.
- Bases para pizza sin gluten. Aunque no es algo que deberíamos comer tan a menudo, es bueno saber que hay opciones disponibles.
Es fantástico saber que cada vez es más fácil seguir una dieta sin gluten debido a la creciente demanda de alimentos sin gluten. A la vez, muchos de estos productos son cada vez más asequibles facilitando mucho las cosas para las personas que necesitan consumirlos a diario.
Fuentes y Referencias: