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El colesterol es uno de los temas más debatidos en nutrición y salud cardiovascular. A lo largo de mi carrera, he visto cómo muchas personas llegan a consulta preocupadas por sus niveles de colesterol, creyendo que la única solución es eliminar por completo ciertos alimentos. Sin embargo, el enfoque adecuado no es la prohibición total, sino el equilibrio y la elección de alimentos que nos ayuden a mantener niveles óptimos sin renunciar al placer de comer.

¿Qué es el colesterol y por qué es importante?

El colesterol es una sustancia grasa esencial para nuestro organismo. Forma parte de las membranas celulares, es precursor de hormonas y participa en la producción de vitamina D y ácidos biliares. Sin embargo, cuando sus niveles están fuera de rango, puede convertirse en un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares.

El colesterol se transporta en la sangre a través de lipoproteínas:

  • Colesterol LDL (colesterol «malo»): en niveles elevados puede acumularse en las arterias y formar placas de ateroma, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
  • Colesterol HDL (colesterol «bueno»): ayuda a eliminar el colesterol sobrante de las arterias y lo transporta al hígado para su eliminación.

Alimentos que afectan los niveles de colesterol

Alimentos que aumentan el colesterol LDL:

  • Grasas trans y saturadas: presentes en bollería industrial, fritos, productos ultraprocesados y ciertas carnes grasas.
  • Azúcares y carbohidratos refinados: su consumo excesivo puede elevar los triglicéridos y reducir el colesterol HDL.
  • Lácteos enteros y quesos curados: su contenido en grasas saturadas puede contribuir al aumento del colesterol LDL.

Alimentos que favorecen el colesterol HDL:

  • Ácidos grasos Omega-3: presentes en pescados grasos como el salmón, sardinas y caballa.
  • Frutos secos y semillas: especialmente nueces, almendras, chía y linaza.
  • Aceite de oliva virgen extra: su contenido en antioxidantes y ácidos grasos monoinsaturados lo convierte en una opción saludable.
  • Legumbres y cereales integrales: ricos en fibra soluble, ayudan a reducir la absorción de colesterol en el intestino.
  • Frutas y verduras ricas en fibra y antioxidantes: como la avena, las manzanas, las zanahorias y los cítricos.

¿Deberías eliminar por completo los alimentos con colesterol?

Durante años, se ha creído que los alimentos ricos en colesterol, como los huevos y el marisco, eran los principales responsables del aumento del colesterol en sangre. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que la mayor parte del colesterol en nuestro organismo es producido por el hígado y que la ingesta de colesterol dietético tiene un impacto menor del que se pensaba en los niveles sanguíneos.

Estrategias para controlar el colesterol sin renunciar a la comida

  • Prioriza las grasas saludables: sustituye las grasas saturadas y trans por fuentes de grasa saludable como aguacate, frutos secos y pescado.
  • Aumenta el consumo de fibra: la fibra soluble presente en la avena, legumbres y frutas ayuda a reducir la absorción del colesterol en el intestino.
  • Haz ejercicio regularmente: la actividad física mejora el perfil lipídico al aumentar el colesterol HDL y reducir el LDL.
  • Modera el consumo de alcohol y evita el tabaco: ambos factores pueden afectar negativamente los niveles de colesterol y la salud cardiovascular.

Conclusión

Controlar el colesterol no significa renunciar a disfrutar de la comida, sino hacer elecciones más inteligentes. Un estilo de vida saludable, con una alimentación equilibrada y actividad física regular, puede marcar la diferencia en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Si tienes dudas sobre tu dieta y tus niveles de colesterol, consulta con un especialista en nutrición para un plan adaptado a tus necesidades.